A lo largo de la historia hasta
llegar a lo que hoy en día entendemos como educación inclusiva, las diferencias
se han visto de diversas formas y han pasado por diferentes fases dependiendo
de la situación política, social, económica e idiológica de cada momento
histórico, tal y como en mi opinión ocurre en la actualidad. Así pues en un inicio
se mantuvo la exclusión, más tarde la segregación y posteriormente la integración
que actualmente nos rodea pero siendo conscientes de que debemos avanzar hacia
la inclusión.
Me resulta muy curioso y a la vez
radical que en la Antigüedad existieran aquellos modelos demológicos de la mano
de autores como Hipócrates, Asclepiades y Galeno, lo que en mi opinión
demuestra que a las personas en un principio nos da cierto miedo lo que no
conocemos y no sabemos cómo sobrellevarlo. Ésto seguía ocurriendo durante la Edad
Media donde se hablaba también de causas astrales.
Gracias a la evolución sobre las
enfermedades metales (Descartes y Locke, s.XVI-XVIII) y el “Emilio” de Rosseau
(1712-1778) la sociedad dio pequeños pasos hacia Educación Especial en el siglo
XIX. Todo ello fue posible gracias a los avances médicos e implicación de
autores como Pinel y Esquirol que diferenciaron en “idiota” la demencia y
confusión mental, o Itard (1774-1838) con “Víctor” que reivindicó la Educación superponiendo
la herencia social a la herencia biológica, lo cual pude observar con la
película “El niño salvaje de Aveyron” donde se mostraba el curioso caso y la
utilización de técnicas de recompensas, modelaje, pictogramas, etc, entre otras
muchas cosas por las que se denomina a este autor como el primer maestro de la
educación especial. Junto con él muchos autores como Seguín (ayuda a personas
con deficiencia intelectual), Pestalozzi, Froëbel, Samuel Howe (educación a
ciegos y sordos), Decroly (orientación globalizadora de la educación), María
Montessori, Binet y Simon (primera prueba de la capacidad intelectual 1905) y Stern (Coeficiente Intelectual, 1912) fueron
muy relevantes en lo referente a la Educación Especial. Sin embargo la visión
de Charles Darwin (1866-1957) cambió totalmente la perspectiva con la “selección
natural” y junto con H.Goddard (1866-1957), se volvió a la exclusión estableciéndose
incluso leyes de esterilización hasta 1972, lo cual en mi opinión es algo
inhumano al igual que el negarles una vida tranquila y una educación adecuada,
u otros muchos derechos que no tenían desde la Antigüedad.
Por ello pienso que la
obligatoriedad de la enseñanza (s. XIX y s. XX) fue un avance muy positivo, ya
que permitió que estas personas pudieran acceder a la educación a pesar de no ser
la más adecuada, por tratarse de un sistema paralelo al ordinario, un sistema
segregado debido a actitudes aún negativas y otros factores como la desviación
de recursos a otros sectores por causa de las guerras tanto a nivel
internacional como en nuestro país. Habiendo en un principio una gran mezcla de
varios tipos de deficiencias e incluso fracaso escolar, por lo que se dieron
cuenta de la necesidad de una mayor especialización de centros y profesionales.
Por ejemplo para España fue muy importante el establecimiento de la ley LISMI.
Así pues aparecieron diferentes
métodos como el Método fisiológico de Seguín “higiene y educación de los
idiotas”, el Método sensorial Montessori, el Método de Unidades, el Método para
la capacitación motora-perceptual de Khepart (1971), la Enseñanza clínica/instrucción
recetada individualmente, la evaluación minuciosa, el conductismo, etc, donde se
apostaba por la figura docente como un especialista que ha de recurrir a la
psicología, la medicina y la sociología, entre otras ciencias, lo cual no se
aleja del todo de mi pensamiento.
De esta manera se consiguió poco
a poco crear una Era de normalización, con los derechos de igualdad que plantea
la UNESCO (1968) y otros factores que reflejaron una visión más optimista del
desarrollo y capacidad de aprendizaje de éstas personas. Así pues, se crearon
una serie de principios que caracterizaran la integración escolar: Principio de
Normalización (Nirje, 1969-1980), Integración, Individualización y
Sectorización. Y a partir de aquí comenzó el concepto de necesidades educativas
especiales, cuando gracias al Informe Warknock 1978 desaparecieron conceptos
como disminuido, deficiente, etc, sustituyéndose por NEE de diferentes tipos,
lo cual creo que es de vital importancia. Por ello se alimentó la creencia de
que es la educación la que debe adaptarse a los alumnos en función de sus
necesidades y posibilidades, y no al revés, teniendo que cambiar la integración
por la Inclusión.
La Inclusión es el ideal de educación y en mi opinión
también sería un ideal social, difícil de conseguir sobre todo por la falta de
cohesión social. Ésta Inclusión tal como apunta Echeita en Educación para la inclusión, “no
es un lugar, sino sobre todo una actitud y un valor” que debe cumplir con
los siguientes principios inclusivos educativos: aceptación de la Comunidad
Educativa, docentes que
se adaptan a sus alumnos, educación intercultural, inteligencias múltiples,
aprendizaje constructivista, currículum común, flexible y abierto, enseñanza
práctica y adaptada, evaluación abierta, agrupaciones flexibles, uso de las
TICs, enseñanza de valores (la diferencia como una riqueza) y colaboración entre
profesionales, alumnos y padres.
O como bien apuntaba Wilson (1999) la escuela debe ser
una Comunidad Escolar abierta y diversa, libre de barreras, donde se trabaje
con y no en contra, promoviendo la equidad, sobre lo que en mi opinión muchos
centros y docentes deberían reflexionar.
Para que todo ello sea posible es
necesario que el currículum sea mucho más abierto y flexible pudiendo crear un
continuo curricular que incluyera a todo tipo de alumnos, ya que de no ser así
éste puede funcionar como una barrera hacia la inclusión siendo asequible con
un gran grupo pero excluyendo a parte del alumnado y a la vez de la población.
Por ejemplo en la actualidad española, hay centros que a través de implicación,
métodos y estrategias se encaminan hacia dicha inclusión, pero sin embargo creo
que el currículo en vigor es demasiado rígido e impide una completa inclusión,
ya que no abarca toda la diversidad del alumnado, el cual tiene que luchar por
adaptarse y lograr llegar a los objetivos.
Por ello también la evaluación
psicopedagógica como la realizada por los docentes, debe buscar mejorar la
situación de cada alumno intentando desarrollar todas sus posibilidades,
atendiendo a la vez sus necesidades.
Así pues, aunque hoy en día no
hayamos conseguido aún una inclusión hemos avanzado mucho en comparación a años
atrás, contando con Equipos de Atención Temprana, departamentos de orientación,
equipos específicos y diferentes modalidades de educación compensatoria (centros
de Educación Especial, enseñanza básica obligatoria y programas de transición
para la vida adulta), programas de compensación Externa, medidas de apoyo
ordinario (refuerzo individual, agrupamiento flexible, ampliación horario,
estudios dirigidos), para la población itinerante de los circos, u otro tipo de
actuaciones como aulas hospitalarias, servicio de traductores e intérpretes,
apoyo educativo domiciliario, centros educativos-terapéuticos, unidades de
formación e inserción laboral, programas de enriquecimiento educativo para el alumnado
con altas capacidades, aulas abiertas, adaptaciones de aula o curriculares, etc.
Además encontramos diversas
propuestas inclusivas de diferentes autores como los proyectos y modelos que
podemos encontrar en El modelo inclusivo,
política y programas en España (Carbonell , 2009), como por ejemplo las
Redes de Apoyo que promueven la Inclusión educativa entre otros, y que cuenta a
su vez con casos dados en España.
A pesar pues de contar con muchas
propuestas, sin duda cabe destacar el Index
for Inclusion creado por Mel Ainscow y Tony Booth (2000) el cual dicen los
autores “no debe percibirse como una
iniciativa más para los centros educativos sino como una forma de comprometerse
con un plan de mejora del centro educativo, fijando prioridades de cambio,
innovaciones y evaluando los progresos”. Por ello, en este proceso debe
implicarse toda la Comunidad educativa, la cual seguirá las pautas de las
distintas etapas del proceso, en las que en un inicio el centro debe prepararse
para ejecutar dicho proceso eligiendo a un coordinador y grupos de trabajo que
se familiaricen con el material a trabajar; el segundo paso es el análisis del
centro y de la comunidad educativa respecto a la inclusión y ver qué aspectos
han de cambiarse, o mejorar, para que seguidamente en una tercera etapa se
elabore un plan de mejora inclusiva contando con la realidad del centro en
cuestión. La cuarta etapa, será el cumplimiento del mismo donde se hará un
importante registro de cómo está funcionando el plan, para así en la quinta
etapa poder evaluarlo y analizar que debe eliminarse, modificarse o mejorar.
Teniendo claro de qué se trata el
Index también he de añadir que gracias
a esta asignatura, a los trabajos de investigación expuestos por mis compañeras
y por mi propio grupo de trabajo, junto con otras asignaturas, he conocido el
concepto de alumno NEE más allá de ser un alumnado con necesidades educativas
especiales. Viendo un amplio abanico de tipologías, como motóricos, visuales,
con problemas familiares, emocionales, sensoriales, desventajas educativas y/o de
problemas conductuales, entre muchísimos otros.
Partiendo de ahí he visto como centros
y docentes luchan por mejorar la educación de sus alumnos lo máximo posible,
como vimos por ejemplo en un vídeo sobre el caso de Pol, un alumno con parálisis
cerebral, o las experiencias que se compartieron en el coloquio de padres.
Sin duda hay muchas estrategias
que encaminan la educación hacia la inclusión como las propuestas expuestas en
un vídeo sobre ¿Qué es la educación
inclusiva?, como trabajar con las Inteligencias múltiples, el protocolo de
acogida, trabajo cooperativo, trabajo por proyectos, actividades multinivel o la
escuela de familias. Definitivamente pienso que hay que abandonar estrategias
tradicionales que se desvinculan de las conductas, emociones, motivación y
necesidades de los alumnos.
A pesar de ello, como he podido
comprobar en diferentes vídeos expuestos en clase, como el de debate entre
padres en un programa de televisión o en lo que he vivido y vivo actualmente en
las prácticas, hace falta más formación, sensibilidad, concienciación e
iniciativa por parte de la comunidad educativa y de la sociedad en general. Por
ello creo que en consecuencia se invierte menos en educación de lo que se
debería, y hay claramente una gran falta de recursos tanto materiales como
personales como aparece en el texto Paradojas
y Dilemas en el proceso de Educación Inclusiva en España (Echeita, G.,
Simón, C., Verdugo M., Sandoval, M., López, M., Calvo, I., González-Gil, F.), donde
se expone que al igual que el currículum, el material y/o los recursos pueden
funcionar como facilitadores o como barreras para alumnos discapacitados y/o
con otro tipo de necesidades. A pesar de ello tengo claro como futura docente
que debemos sacar el máximo partido a lo que poseemos como afirma el mismo Index for inclusion diciendo que el
grupo coordinador debe preguntarse ¿Qué recursos están disponibles para apoyar
el aprendizaje y la participación? ¿Cómo se pueden movilizar recursos
adicionales?
Por ello la actitud, el papel, la
implicación y la práctica de la figura del docente es fundamental ya que es el
que debe intentar favorecer el máximo desarrollo de sus alumnos, adaptándose a
ellos, a sus necesidades, intereses y motivaciones intentando sacar lo mejor de
las capacidades de cada uno y por supuesto con educación emocional tal como
vimos en el vídeo sobre la educación en un aula de Ecuador. Además es
importante prepararlos para su futuro e inserción en la vida adulta. Por ello
es importante que la formación de este profesorado sea constante a través de la
investigación-acción, el cual debe tener en cuenta la ayuda de los
profesionales que le acompañan como el equipo directivo y demás docentes, el
psicopedagogo, el profesor de apoyo, o el de audición y lenguaje entre otros.
Por todo ello finalizo mi
reflexión diciendo que la experiencia de esta asignatura junto con mis
prácticas con alumnos NEE, me han aportado mucho, tanto en conocimientos, como a
nivel personal, ya que a pesar de que el título de esta asignatura es aún un
reto, ésta ha alimentado mi visión sobre mi futura práctica docente, hacia
dónde quiero encaminarla y qué tipo de profesora quiero ser, y espero poder
contribuir a que esta inclusión siga avanzando.
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