lunes, 24 de abril de 2017

REFLEXIÓN FINAL REBECA CONDE ACERO

A lo largo de la historia hasta llegar a lo que hoy en día entendemos como educación inclusiva, las diferencias se han visto de diversas formas y han pasado por diferentes fases dependiendo de la situación política, social, económica e idiológica de cada momento histórico, tal y como en mi opinión ocurre en la actualidad. Así pues en un inicio se mantuvo la exclusión, más tarde la segregación y posteriormente la integración que actualmente nos rodea pero siendo conscientes de que debemos avanzar hacia la inclusión.

Me resulta muy curioso y a la vez radical que en la Antigüedad existieran aquellos modelos demológicos de la mano de autores como Hipócrates, Asclepiades y Galeno, lo que en mi opinión demuestra que a las personas en un principio nos da cierto miedo lo que no conocemos y no sabemos cómo sobrellevarlo. Ésto seguía ocurriendo durante la Edad Media donde se hablaba también de causas astrales.

Gracias a la evolución sobre las enfermedades metales (Descartes y Locke, s.XVI-XVIII) y el “Emilio” de Rosseau (1712-1778) la sociedad dio pequeños pasos hacia Educación Especial en el siglo XIX. Todo ello fue posible gracias a los avances médicos e implicación de autores como Pinel y Esquirol que diferenciaron en “idiota” la demencia y confusión mental, o Itard (1774-1838) con “Víctor” que reivindicó la Educación superponiendo la herencia social a la herencia biológica, lo cual pude observar con la película “El niño salvaje de Aveyron” donde se mostraba el curioso caso y la utilización de técnicas de recompensas, modelaje, pictogramas, etc, entre otras muchas cosas por las que se denomina a este autor como el primer maestro de la educación especial. Junto con él muchos autores como Seguín (ayuda a personas con deficiencia intelectual), Pestalozzi, Froëbel, Samuel Howe (educación a ciegos y sordos), Decroly (orientación globalizadora de la educación), María Montessori, Binet y Simon (primera prueba de la capacidad intelectual 1905) y  Stern (Coeficiente Intelectual, 1912) fueron muy relevantes en lo referente a la Educación Especial. Sin embargo la visión de Charles Darwin (1866-1957) cambió totalmente la perspectiva con la “selección natural” y junto con H.Goddard (1866-1957),  se volvió a la exclusión estableciéndose incluso leyes de esterilización hasta 1972, lo cual en mi opinión es algo inhumano al igual que el negarles una vida tranquila y una educación adecuada, u otros muchos derechos que no tenían desde la Antigüedad.

Por ello pienso que la obligatoriedad de la enseñanza (s. XIX y s. XX) fue un avance muy positivo, ya que permitió que estas personas pudieran acceder a la educación a pesar de no ser la más adecuada, por tratarse de un sistema paralelo al ordinario, un sistema segregado debido a actitudes aún negativas y otros factores como la desviación de recursos a otros sectores por causa de las guerras tanto a nivel internacional como en nuestro país. Habiendo en un principio una gran mezcla de varios tipos de deficiencias e incluso fracaso escolar, por lo que se dieron cuenta de la necesidad de una mayor especialización de centros y profesionales. Por ejemplo para España fue muy importante el establecimiento de la ley LISMI.

Así pues aparecieron diferentes métodos como el Método fisiológico de Seguín “higiene y educación de los idiotas”, el Método sensorial Montessori, el Método de Unidades, el Método para la capacitación motora-perceptual de Khepart (1971), la Enseñanza clínica/instrucción recetada individualmente, la evaluación minuciosa, el conductismo, etc, donde se apostaba por la figura docente como un especialista que ha de recurrir a la psicología, la medicina y la sociología, entre otras ciencias, lo cual no se aleja del todo de mi pensamiento.

De esta manera se consiguió poco a poco crear una Era de normalización, con los derechos de igualdad que plantea la UNESCO (1968) y otros factores que reflejaron una visión más optimista del desarrollo y capacidad de aprendizaje de éstas personas. Así pues, se crearon una serie de principios que caracterizaran la integración escolar: Principio de Normalización (Nirje, 1969-1980), Integración, Individualización y Sectorización. Y a partir de aquí comenzó el concepto de necesidades educativas especiales, cuando gracias al Informe Warknock 1978 desaparecieron conceptos como disminuido, deficiente, etc, sustituyéndose por NEE de diferentes tipos, lo cual creo que es de vital importancia. Por ello se alimentó la creencia de que es la educación la que debe adaptarse a los alumnos en función de sus necesidades y posibilidades, y no al revés, teniendo que cambiar la integración por la Inclusión.

La Inclusión es el ideal de educación y en mi opinión también sería un ideal social, difícil de conseguir sobre todo por la falta de cohesión social. Ésta Inclusión tal como apunta Echeita en Educación para la inclusión, “no es un lugar, sino sobre todo una actitud y un valor” que debe cumplir con los siguientes principios inclusivos educativos: aceptación de la Comunidad Educativa, docentes que se adaptan a sus alumnos, educación intercultural, inteligencias múltiples, aprendizaje constructivista, currículum común, flexible y abierto, enseñanza práctica y adaptada, evaluación abierta, agrupaciones flexibles, uso de las TICs, enseñanza de valores (la diferencia como una riqueza) y colaboración entre profesionales, alumnos y padres.

O como bien apuntaba Wilson (1999) la escuela debe ser una Comunidad Escolar abierta y diversa, libre de barreras, donde se trabaje con y no en contra, promoviendo la equidad, sobre lo que en mi opinión muchos centros y docentes deberían reflexionar.

Para que todo ello sea posible es necesario que el currículum sea mucho más abierto y flexible pudiendo crear un continuo curricular que incluyera a todo tipo de alumnos, ya que de no ser así éste puede funcionar como una barrera hacia la inclusión siendo asequible con un gran grupo pero excluyendo a parte del alumnado y a la vez de la población. Por ejemplo en la actualidad española, hay centros que a través de implicación, métodos y estrategias se encaminan hacia dicha inclusión, pero sin embargo creo que el currículo en vigor es demasiado rígido e impide una completa inclusión, ya que no abarca toda la diversidad del alumnado, el cual tiene que luchar por adaptarse y lograr llegar a los objetivos.

Por ello también la evaluación psicopedagógica como la realizada por los docentes, debe buscar mejorar la situación de cada alumno intentando desarrollar todas sus posibilidades, atendiendo a la vez sus necesidades.

Así pues, aunque hoy en día no hayamos conseguido aún una inclusión hemos avanzado mucho en comparación a años atrás, contando con Equipos de Atención Temprana, departamentos de orientación, equipos específicos y diferentes modalidades de educación compensatoria (centros de Educación Especial, enseñanza básica obligatoria y programas de transición para la vida adulta), programas de compensación Externa, medidas de apoyo ordinario (refuerzo individual, agrupamiento flexible, ampliación horario, estudios dirigidos), para la población itinerante de los circos, u otro tipo de actuaciones como aulas hospitalarias, servicio de traductores e intérpretes, apoyo educativo domiciliario, centros educativos-terapéuticos, unidades de formación e inserción laboral, programas de enriquecimiento educativo para el alumnado con altas capacidades, aulas abiertas, adaptaciones de aula o curriculares, etc.

Además encontramos diversas propuestas inclusivas de diferentes autores como los proyectos y modelos que podemos encontrar en El modelo inclusivo, política y programas en España (Carbonell , 2009), como por ejemplo las Redes de Apoyo que promueven la Inclusión educativa entre otros, y que cuenta a su vez con casos dados en España.

A pesar pues de contar con muchas propuestas, sin duda cabe destacar el Index for Inclusion creado por Mel Ainscow y Tony Booth (2000) el cual dicen los autores “no debe percibirse como una iniciativa más para los centros educativos sino como una forma de comprometerse con un plan de mejora del centro educativo, fijando prioridades de cambio, innovaciones y evaluando los progresos”. Por ello, en este proceso debe implicarse toda la Comunidad educativa, la cual seguirá las pautas de las distintas etapas del proceso, en las que en un inicio el centro debe prepararse para ejecutar dicho proceso eligiendo a un coordinador y grupos de trabajo que se familiaricen con el material a trabajar; el segundo paso es el análisis del centro y de la comunidad educativa respecto a la inclusión y ver qué aspectos han de cambiarse, o mejorar, para que seguidamente en una tercera etapa se elabore un plan de mejora inclusiva contando con la realidad del centro en cuestión. La cuarta etapa, será el cumplimiento del mismo donde se hará un importante registro de cómo está funcionando el plan, para así en la quinta etapa poder evaluarlo y analizar que debe eliminarse, modificarse o mejorar.

Teniendo claro de qué se trata el Index también he de añadir que gracias a esta asignatura, a los trabajos de investigación expuestos por mis compañeras y por mi propio grupo de trabajo, junto con otras asignaturas, he conocido el concepto de alumno NEE más allá de ser un alumnado con necesidades educativas especiales. Viendo un amplio abanico de tipologías, como motóricos, visuales, con problemas familiares, emocionales, sensoriales, desventajas educativas y/o de problemas conductuales, entre muchísimos otros.

Partiendo de ahí he visto como centros y docentes luchan por mejorar la educación de sus alumnos lo máximo posible, como vimos por ejemplo en un vídeo sobre el caso de Pol, un alumno con parálisis cerebral, o las experiencias que se compartieron en el coloquio de padres.

Sin duda hay muchas estrategias que encaminan la educación hacia la inclusión como las propuestas expuestas en un vídeo sobre ¿Qué es la educación inclusiva?, como trabajar con las Inteligencias múltiples, el protocolo de acogida, trabajo cooperativo, trabajo por proyectos, actividades multinivel o la escuela de familias. Definitivamente pienso que hay que abandonar estrategias tradicionales que se desvinculan de las conductas, emociones, motivación y necesidades de los alumnos.

A pesar de ello, como he podido comprobar en diferentes vídeos expuestos en clase, como el de debate entre padres en un programa de televisión o en lo que he vivido y vivo actualmente en las prácticas, hace falta más formación, sensibilidad, concienciación e iniciativa por parte de la comunidad educativa y de la sociedad en general. Por ello creo que en consecuencia se invierte menos en educación de lo que se debería, y hay claramente una gran falta de recursos tanto materiales como personales como aparece en el texto Paradojas y Dilemas en el proceso de Educación Inclusiva en España (Echeita, G., Simón, C., Verdugo M., Sandoval, M., López, M., Calvo, I., González-Gil, F.), donde se expone que al igual que el currículum, el material y/o los recursos pueden funcionar como facilitadores o como barreras para alumnos discapacitados y/o con otro tipo de necesidades. A pesar de ello tengo claro como futura docente que debemos sacar el máximo partido a lo que poseemos como afirma el mismo Index for inclusion diciendo que el grupo coordinador debe preguntarse ¿Qué recursos están disponibles para apoyar el aprendizaje y la participación? ¿Cómo se pueden movilizar recursos adicionales?

Por ello la actitud, el papel, la implicación y la práctica de la figura del docente es fundamental ya que es el que debe intentar favorecer el máximo desarrollo de sus alumnos, adaptándose a ellos, a sus necesidades, intereses y motivaciones intentando sacar lo mejor de las capacidades de cada uno y por supuesto con educación emocional tal como vimos en el vídeo sobre la educación en un aula de Ecuador. Además es importante prepararlos para su futuro e inserción en la vida adulta. Por ello es importante que la formación de este profesorado sea constante a través de la investigación-acción, el cual debe tener en cuenta la ayuda de los profesionales que le acompañan como el equipo directivo y demás docentes, el psicopedagogo, el profesor de apoyo, o el de audición y lenguaje entre otros.


Por todo ello finalizo mi reflexión diciendo que la experiencia de esta asignatura junto con mis prácticas con alumnos NEE, me han aportado mucho, tanto en conocimientos, como a nivel personal, ya que a pesar de que el título de esta asignatura es aún un reto, ésta ha alimentado mi visión sobre mi futura práctica docente, hacia dónde quiero encaminarla y qué tipo de profesora quiero ser, y espero poder contribuir a que esta inclusión siga avanzando.

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