A continuación realizaremos un análisis de dos casos distintos, uno de X-frágil y otro de un caso de autismo, contado desde la perspectiva familiar, como han ido evolucionando sus hijos, qué dudas les surgieron y cómo fueron afrontando las diferentes situaciones vividas, etc. Nos parece importante este punto de vista, ya que por nuestra labor docente nos solemos centrar en el ámbito educativo, dejando al margen el ámbito familiar, aunque escuela-familia estén en constante relación el propósito es mejorar la vida del alumno en la escuela debemos tener en cuenta también que mejorar su vida familiar es importante. Sin duda que éstos padres compartieran su experiencia con nosotros fue de lo más interesante.
En el primer caso encontramos a un niño con autismo que fue el primer hijo de la familia, debido a este hecho los padres estaban perdidos sobre el comportamiento de su hijo. Al principio suponían que tenía retraso madurativo ya que no hablaba y se relacionaba poco con su entorno. Pero no fue hasta su ingreso en el colegio cuando empezaron a hacerle pruebas más exhaustivas, le dieron un 27% de discapacidad y así accedió a atención temprana. Repitió infantil, pero sus padres pedían más y decidieron buscar especialistas fuera, porque, además, a los centros les faltaban medios.
Ya en primero de primaria le dieron un 33% de discapacidad y fue diagnosticado de autismo y retraso mental y se le dió el apoyo necesario. De pequeño fue a APHISA, esta es una entidad/asociación sin ánimo de lucro, que fue creada en Alcalá de Henares gracias a la iniciativa de un grupo de padres y madres para ofrecer los apoyos necesarios a personas con discapacidad intelectual, defender sus derechos y mejorar su calidad de vida y la de sus familias, orientadas siempre por principios de integración y normalización social. En primaria fue a SAIDI, un centro especializado externo ubicado también en Alcalá. El problema estaba en que el centro ordinario y las asociaciones no se coordinaban y el alumno no parecía evolucionar. Se cambió de centro, a CeTea situado también el Alcalá de Henares, el cual está especializado en Trastornos del Espectro Autista (TEA) y Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL), cuenta con un equipo multidisciplinar de psicólogos, pedagogos, psicopedagogos, educadores sociales, logopedas y maestros de educación especial, con el objetivo de mejorar su calidad de vida, respondiendo a las necesidades que les plantea el día a día. Trabajando sobre dos pilares fundamentales, el trato personal e individualizado, y la mejora de su calidad de práctica profesional mediante el trabajo en equipo la formación contínua de los profesionales y la supervisión periódica de las intervenciones.
Gracias a este centro se notó mucho la mejora del niño, sobre todo en la comunicación. Es importante buscar un terapeuta que se adapte a las necesidades del niño. Además no debemos saturar al niño. Posteriormente fue un terapeuta, procedente del centro Acuarelas, a su casa. Ahora los tres, el centro ordinario, CeTea y la terapeuta de Acuarelas, están coordinados y su evolución y mejora es notable.
Al no haber valoración hasta 2º de primaria, la situación fue muy frustrante, no sabían donde ir y qué hacer. Toda tu vida es él, su vida debe adaptarse a sus necesidades y deben organizar su vida en función de él, de sus clases extraescolares, de sus rutinas, etc.
Ahora, A los 13 años y 9 de edad mental, su hijo va a un colegio de educación especial, y el cambio ha sido muy drástico, tanto para él como para los padres que aún están adaptándose.
En el segundo caso sobre el X-frágil, a diferencia del caso anterior, se trataba del segundo hijo de la familia, el cual tiene también una hermana. Desde que nació su familia se dio cuenta de que no sostenía ni la cabeza ni la mirada. Preocupados, acudieron al médico, el cual les dijo que no se preocupasen porque podía tener un desarrollo más lento, aunque era muy importante que lo observaran para ver su evolución.
Cuando tenía siete meses, no hacía nada y dado que le tuvieron que ingresar en el hospital por neumonía, pidieron que se estudiara su caso, puesto que observaban que su desarrollo no era normal y concertaron una cita con el neurólogo, que tras mucho tiempo y pruebas, le diagnosticó “Síndrome de X-frágil”, a partir de este momento comenzó su tratamiento y la familia se tuvo que amoldar a las necesidades de su hijo, la madre tuvo que dejar su trabajo para poder ocuparse de él durante más tiempo, ya que necesitaba más atención que su hermana, quien tuvo que acudir al psicólogo puesto que no entendía lo que a su hermano le pasaba.
Las expectativas que se le dió a la familia sobre su hijo eran muy bajas, pero gracias al trabajo conjunto de los padres consiguieron lo que se suponía que no iba a poder conseguir, caminar, entre otras cosas. Cuando era pequeño, acudía a un centro de atención temprana y a rehabilitación para mejorar su hipotonicidad, donde trabajan con él a través de pictogramas. Además, en cuanto a la escolarización, acudía a un centro ordinario, al principio iba muy bien con su profesora, que le atendía como él necesitaba, pero esta se tuvo que marchar y vino otra profesora, que recomendó a la familia, su escolarización en una escuela de educación especial. La familia, no estuvo de acuerdo con esta decisión, puesto que lo que querían era normalizar lo máximo posible a su hijo en la sociedad, pero necesitaban saber si realmente lo estaban haciendo bien, ya que no sólo les bastaba con el diagnóstico, sino que necesitaban ir más allá en cuanto a la intervención con su hijo.
En el centro educativo ordinario, trabajaba con los PT y AL, estaba apuntado a multideporte, una actividad extraescolar que ofertaba el mismo. Fuera del centro escolar, también acude a la asociación de X-frágil, aunque la atención de ésta no era del todo la esperada, pero el niño consigue poco a poco autonomía y va aprendiendo a desenvolverse con el entorno; también acudió a APHISA y CeTea, junto con el alumno autista del caso anterior, donde se trabaja el lenguaje dos sesiones a la semana de una hora cada una. También acude a musicoterapia donde se trabaja su discapacidad mediante la música y por último acude a hipoterapia los domingos, se le trata de estimular a todos los niveles mediante el trabajo con caballos.
Creemos que la situación familiar de estos niños es buena, los padres muestran una buena e intensa implicación en el desarrollo de sus hijos y han hecho lo posible por ellos, favoreciendo una excelente relación familia-escuela que ha sido tan positiva como la coordinación de los centros entre sí. Aunque sí que es verdad que ambas familias cuentan con los recursos económicos suficientes para atender a sus necesidades y potenciar su desarrollo, acudiendo a centros externos o contratando apoyos extras. Consideramos que las políticas sociales no están comprometidas con este tipo de situaciones ya que, de no ser por su situación económica, ninguno de los dos hubiera tenido la misma evolución ni las mismas oportunidades.